Discurso de Tremisfe Mor
Discurso de Tremisfe Mor(1) a los espíritus congregados en “El cuerno” de Rayen- Küyen(2), llamándoles a no unirse a Cai en pejuicio del hombre y la mujer.
Yo, el más joven de los Napam(2), deseo hablaros.
Deseo responder a aquellos que buscan destruir al hombre y desechan por enfado el bien o el mal antiguo.
No desviéis vuestro corazón por las palabras fatuas que encierran calamidad y desgracia aprovechando vuestro dolor.
Aquellos de quiénes queréis vengaros son de una estirpe muy diferente a la nuestra y aunque os esforcéis por negarlo, llevan el sello especial de El Origen.Si tocáis uno de sus cabellos, el os destruirá en su furia.
Es verdad que sufrís, pero si os levantáis contra el hombre y la mujer ¿Quién os asegura que viváis?
Si levantáis vuestras manos contra ellos ¿Creeís que el os perdonará?
Es verdad lo que decís cuando recordáis sus males,
No puedo negaros mi compasión.
Pero también he visto que no todas las familias de la tierra son iguales, ningún hombre es igual a otro, ninguna mujer es igual a otra, ni todos los malos actúan sabiéndolo.
Sabed también que aun hay hombres y mujeres que recuerdan la antigua lengua y se aferran a los antiguos pactos
¿Destruiréis al bueno juntamente con el malo?
Por amor a la justicia ¿destruiréis también al justo?
Yo os ruego, como quién ha visto la bondad y la maldad, como uno que es cauto a la hora de escuchar al espíritu marino Cai, que desistáis de esta maldad que se os presenta con palabras seductoras y argucias malignas.
Pués El Origen mismo escucha todas las mañanas las plegarias de estos a quienes intentáis destruir. Mantiene su pacto con ellos, les dicta sus leyes, las escribe en sus corazones y los llama a cambiar sus caminos.
Dispersos están, unos aquí, otros allá, algunos como flores entre los cardos.
¿Cómo sabéis donde elegir? ¿Cómo sabréis a cual destruir?
Pués uno que antes hacía daño, ahora entiende y levanta ofrendas al Origen.
Si intentando deshaceros de las malas hierbas pisoteándolas ¿Cómo os aseguráis que no destruiréis las buenas hierbas juntamente?
No todos son malos, sabedlo. Pero aún el más corrompido nos recuerda el rostro del Origen. ¿Cómo pensáis siquiera ensuciaros con su sangre? ¿Si hasta Cai desearía ser como uno de ellos? ¿Si hasta los espíritus desean ver con sus ojos y tocar con sus manos?
¿Alguno ha visto lo bello que pueden hacer con un pedazo de roca los hombres que viven a orillas del Elian? ¿Se han percatado que pueden crear cosas nuevas como ni el más antiguo de nuestra especie puede hacer? ¿Habéis visitado sus casas y sus palacios? ¿Habéis escuchado sus canciones y mirado sus dibujos y sus embarcaciones?
¿Los habéis contemplado al morir? ¿Alguno sabe donde va el espíritu que habita sus carnes?Sabed que El Origen tiene contado cada vello de sus cuerpos y viene compasivo cuando ellos lo llaman, aunque su mal haya sobrepasado toda medida.
Sabed que les habla, hasta en sus sueños, que ellos duermen y el no se aparta.
Sabed que las profecías dicen que algún día el mismo Origen se hará uno de ellos y habitará en medio como su maestro y su hermano.
“...hablará el Primero en medio de sus hijos y les expondrá sus razones” dice el Libro de Kel.
Quién de nosotros se levanta contra el hombre y la mujer, día reserva para su muerte.
Sabedlo.
No os dejéis engañar por Cai ni sus sirvientes, puesto que os utilizan para empedrar sus propios caminos torcidos.
Y el mal que ha de venir será más terrible si los escucháis.
Os insto hermanos a buscar en el Libro(4), donde se escribió lo que había de venir.”No levantéis vuestra mano contra su rostro, no sea que le hiráis en los ojos y el os destruya...esperad el tiempo en que el mismo pida cuentas, no apresuréis vuestro juicio que a su tiempo el mismo hará justicia”
(1) El nombre podría indicar algo asi como "honor perdido"(2) Piedra grande que se encuentra en el valle de RayenKüyen (Flores de Luna)
(3) Espíritus que tomaron forma humanas.
(4) Libro de Kel
Discurso de Scheol
Asi habló Scheol a los espíritus que se congregaron en “El cuerno” de Rayen- Küyen(1), incentivándoles a unirse a la serpiente marina Cai.
Los que habitáis en tierras yermas y en medio de Elian
Los que os regocijáis entre los cerros cantando vuestras plegarias
Los que sois hijos de Nguen
A vosotros hablo.
Los que os juntáis junto a los ríos.
Los que mirais el rostro del hombre sin que el os advierta.
A vosotros deseo dar mis razones.
Salid de vuestras madrigueras y escondites,
venid desde las torres empedradas del Mawida y escuchad mis argumentos.
No llamo a los perversos sino a los buenos,
a los que os importan los demás,
a los que todavía creéis en el hombre,
a los que aun queréis que el reine.
Quiero deciros cuanto he visto y hasta donde ha alcanzado mi vista.
Lo que me contaron los tristes cuando se vieron rodeados por el fuego.
Quiero mostraros mis propias heridas y las heridas delos que ya no existen.
Quiero que sepáis cuánto ha ocurrido y cuánto ocurrirá.
Fuimos primero que el hombre y la mujer, la raza preferida del Origen.Vimos cuando los formó en el vientre de las montañas del Mawida
Le dedicamos nuestras canciones y nuestras danzas el día que abrieron los ojos,
y los guiamos en la oscuridad cuando decidiieron caminar.
Les colmamos de regalos, les mostramos qué podían beber y qué podían comer,
les enseñamos nuestros cantos y el amor por los que habitan entre la lluvia(2)
Cuando vieron el mundo desde la gran Peña del Mawida, nosotros nos alegramos de su alegría y les ofrecimos nuestra ayuda y nuestro conocimiento.
Y el hombre escuchaba.
La mujer escuchaba.
Sabían nuestros nombres y nosotros los de ellos.
Pero sus hijos poco a poco dejaron de oírnos, dejaron la lengua que aprendieron,
dejaron las danzas, dejaron las plegarias y los cantos de agradecimiento.
Entonces se volvieron contra nosotros.
Utilizaron nuestros nombres para atraernos.
Les servíamos, pero ellos querían esclavos y nuestro conocimiento para ejercer dominio unos sobre otros.
El origen fue misericordioso y puso un velo en sus ojos. Fuimos invisibles para ellos.Nos buscaron pero nuestra sombra no se encontró.
Nos llamaron en los bosques y los afluentes, pero ya nunca mas supieron de nosotros.
Entonces invocaron su propio mal, a los que no deben ser invocados.
Y ellos vinieron a sus casas y trajeron la muerte(3).
Ellos los llevaron por sus caminos derruidos, torcieron su vista y su corazón.
Les hicieron violar los antiguos mandatos, les hicieron deleitarse en la sangre mas que en el amor,
Por eso el Origen les entregó a su perversiones y en ellas mueren y de muertos no encuentran descanso, pues en el abismo el eco de los males es mas intenso.(4)
Y vosotros, que aquí estáis ¿pensáis que hay esperanza?¿creéis que os verán con amor?
Ya han perdido toda idea de que vosotros sentís como ellos. Ya dudan de que existís
Ya no les importa que el bosque se queme y que mueran ustedes entre las llamas, ahora salen de caza y se nutren con las carnes de los que cuidáis(5)
Se olvidan que son parte de todo.
¡Salid de vuestra incertidumbre! ¡Despertad, abrid vuestros ojos!
El hombre y la mujer deben ser borrados del libro(6)¡Uníos a Cai! Ella os llama desde el mar.
Subirá con sus ejércitos de las aguas y borrará de la faz de la tierra al hombre y la mujer.
Ya no se oirán más sus gritos de caza, ni encontraréis más a vuestros protegidos heridos o mutilados.
Los bosques volverán a ser nuestros y las aguas limpias, como en el principio, cuando El Origen nos lo dio para vivir.
¡Haced juicio!¡Reclamad derechos! ¡Uníos a Cai!
(1) Piedra grande que se encuentra en el valle de RayenKüyen (Flores de Luna)
(2) “Los que habitan entre la lluvia” se refiere a espíritus muy frágiles que viven entre las nubes y que caen junto con la lluvia a la tierra. Se devuelven otra vez al cielo cuando sale el sol. Son pequeños y carecen de poder sobre los elementos, por lo que cualquiera podría hacerles daño.
(3) No se sabe con exactitud a quienes se refiere con los que no deben ser despertados. Es posible que se trate de otra clase de espíritus o demonios
(4) Creencia acerca de que los muertos son llevados a una montaña muy alta donde los vientos traen el recuerdo de los males que se hicieron en vida y las risas de los bienes. Las risas calman el corazón, pero los gritos y lamentos no dan descanso para el alma.
(5) “Los que cuidáis” se refiere a los animales y las plantas.
(6) Se refiere al lbro de Kel