lunes, mayo 16, 2005

La abominación

¿Has visto un ángel?
Yo creo que si, que yo he visto uno
y cedí a la abominación horrible:
le corte las alas, no lo deje volar;
cerré las puertas de la pieza en que dormía
creyi que esto consumiría sus fuerzas para irse

En Palestina lo vi durmiendo en una tumba,
Y lo espié al momento de cantar desnudo sus trinos esperanzados.
Cante entretanto un verso indio para atraer su interés,
Él me miró con desprecio tal cual hacen los ángeles que no han caído.

Yo he visto un ángel. Si, lo he visto arrodillarse a un costado de mi cama,
Y dormimos muy cerca un día de lluvia en Palena,
Lo he visto ir y venir por los bares
Y sumergir su cabellera en rizos en la fuente
atrás de La Moneda.

¿Crees tu que hice mal al tratar de tomarlo?
¿No harías tú lo mismo si vieras un sol y diez soles juntos en unos ojos grises?
Si hubieras sentido su olor a malva silvestre,
Si hubieras, tan solo un poco, saboreado su distancia,

El día en que propuse en mi infamia tocarlo,
en la casualidad afortunada que aparece cuando haces un mal,
el se quedo dormido esperando a que mi fiebre pasara.
Y le toque la mano, luego le lancé una frazada.

Pensé que escaparía, a veces un ángel puede desaparecer.
Pero esta vez no, mis tijeras hicieron silenciosas su trabajo.
Y al tocar su piel rieron hoscamente, la oportunidad maldita estaba consumada
Los ángeles no tienen sangre, pero estaba todo manchado de el.

¡Ay, que será de mi! Espíritu que ambicioné en mi locura ¡tienes alas truncas!
Y gimes con gemidos dolorosos, tu voz ha perdido el gozo.
¡Que hice! Le saque espasmos a un santo, tome su desnudez por mercancía,
y ahora te encierro para que nadie pueda recordarte.


Sesenta y cinco dias tratando de salir, sesenta y cinco días en que he muerto varias veces,
Días y noches con sus estaciones que trato de ver por la cerradura si me espera,
Si desea quedarse, si me acoge bajo sus alas rotas

¿Si me mirara me diria unas palabrotas, o maldeciría mis generaciones?
¿Si lo tocara haría que salieran tumores en mis manos o verrugas en mi nariz?
¿Si abriera la puerta vadearía sigiloso o correría como un animal desbocado hacia la calle?
¿Si le contara una historia la haría realidad?

Hoy abrí la puerta, para ver si estaba domado
Fui con una Biblia, leí salmos acongojados,
me reí como si nada hubiese pasado, le tome las manos entre las mías
canté nuevamente, pero una canción de iglesia, una que se que ama

Le lleve comida de ángeles (unos pocos sueños que tuve, y una pesadilla que no me dejó dormir)
Trate que jurara, pero dijo que el no podía jurar.
Puse agua y sal a la entrada, creí que eso lo desanimaría a escaparse.
Deje abierta una revista obscena, para que no pudiera pasar

El me miró con indiferencia y asco,
Asi miraba siempre a un extraño, así lo conocí mirándome,
Y vi los mil soles que aparecían tras sus ojos de cielo y sus hombros de martir,
Y recordé porque quise cortar sus alas

Y desee nuevamente usar algo que lo hiciera quedarse,
Atranque la puerta, rece versos y toque mi cruz,
¡Es un ángel! Me dije ¡es un sueño! Grite,
y fui con mis tijeras, le arranque las alas y lo besé.